Es cierto que la decoración está viviendo una etapa de cambio consciente y los muebles ecológicos empiezan a ser una tendencia. Hoy quiero contarte algunos detalles que debes tener en cuenta para elegir un buen mueble ecológico, así como lo que debes exigirle al vendedor para que el mueble que adquieras sea realmente ecológico.
En la actualidad, las empresas que se dedican a la elaboración de muebles ecológicos empiezan a tener en cuenta, no solo la funcionalidad, sino también el diseño. Y esto es de agradecer ya que los muebles son una parte fundamental en nuestro hogar. Tienen un peso visual y estético importante en nuestra casa ya que representan una amplia superficie con la que nos relacionamos en nuestro día a día. La tocamos, la limpiamos y está presente en cada estancia. Nuestros muebles ocupan un 10% del volumen de nuestro hogar (calculado en base a una vivienda de 90m2 útiles) Es un porcentaje relativamente importante como para pensar en que tu próximo mueble sea ecológico y evitar perjudicar tu salud y tu ambiente. Te explico por qué…
Aparador diseñado por Jory Brigham
¿Qué es un mueble ecológico?
Los muebles ecológicos son elementos fabricados con materias primas naturales originales o recicladas que en su proceso de fabricación deja una huella nula o de bajo impacto en el medio ambiente. Además, no contienen sustancias tóxicas perjudiciales para la salud.
Entrando un poco más en detalle, en el proceso de creación de un mueble ecológico intervienen varios aspectos. El primero es el origen y/o cultivo de la materia prima. Aquí intervendrían dos grandes grupos. Por un lado la materia prima para su elaboración y por otro, la materia prima para los revestimientos. Ambas, deben cumplir con unos estrictos criterios medioambientales bajo unas normas que garantizan el respeto por la calidad del ambiente interior y por la naturaleza.
En segundo lugar, la forma de fabricación. Un mueble ecológico poseerá muchos menos productos químicos en su ensamblaje y acabados que un mueble tradicional. Generarán muchos menos residuos durante su fabricación. Así como la ausencia de productos nocivos para el ambiente interior que respiramos.
En tercer lugar, se debe certificar si el material utilizado es biodegradable; esto es importante porque los residuos orgánicos no tienen vida útil limitada como los sintéticos.
Finalmente, debemos preguntarnos si cumplen con cualquiera de las normas internacionales que protegen a las personas contra:
- componentes cancerígenos
- elementos irritantes del sistema respiratorio
- compuestos neurotóxicos
- disruptores endocrinos
- compuestos químicamente sensibles
- elementos persistentemente bioacumulables
- metales pesados
¿Es lo mismo un mueble ecológico que un mueble sostenible?
Actualmente la industria nos está intentando confundir entre estos dos términos y hacernos creer que son sinónimos. Sin embargo tengo que matizar que son términos distintos.
La palabra ecológico proviene del griego oikos y significa “relativo al medio ambiente”. Y en relación con el mobiliario, el concepto ecológico está conectado con la gestión responsable del planeta y sus recursos naturales, con el fin de evitar su agotamiento.
En cambio, sostenible se refiere a la utilización responsable del planeta y no solo a los recursos naturales y su producción. Es decir, se asume que existe un equilibrio entre usar y no usar los recursos como un medio para satisfacer las necesidades humanas. Un ejemplo claro de esta idea es que si escogemos un mueble-cama construido con madera tropical procedente de bosques nativos (una solución sostenible per se), dicha madera podría haber sido talada antes de su maduración completa. Por este motivo, este tipo de materiales pueden tener consecuencias negativas para el medioambiente.
En cualquier caso, si buscas un mueble ecológico para un espacio en concreto, te ayudaré a elegir la mejor opción entre nuestras lista de proveedores.
Silla Nara de Andre Joyau
Sellos ecológicos que los certifican
Si desea comprar un producto de mobiliario que sea respetuoso con el medio ambiente, es importante ver si la marca tiene una etiqueta ecológica. Existen varias certificaciones que pueden ayudarte a decidir si un producto merece el desembolso.
Eco-etiquetas: Estas etiquetas certifican que un mueble cumple con ciertos estándares en cuanto a su proceso de fabricación y materiales utilizados en la producción. Por ejemplo, una etiqueta ecológica llamada M1 indica que no se utilizaron productos químicos nocivos durante el proceso de producción; otra etiqueta llamada SEV significa que la madera se cosechó utilizando métodos sostenibles; y en tercer lugar, EPP significa que todos los materiales de embalaje son reciclables o reutilizables.
FSC (Forest Stewardship Council): Esta certificación garantiza que la madera utilizada se obtiene de prácticas responsables de silvicultura y cultivo sostenible. También asegura que no haya tala ilegal involucrada en la producción de sus productos.
PEFC (Programme for Endorsement of Forest Certification): Este programa a nivel internacional regula el uso de los recursos forestales certificados que aseguran el cumplimiento de los estándares establecidos por PEFC International Standards en cada etapa de producción, desde la obtención de la materia prima hasta la fabricación, comercialización y finalmente el uso final. eliminación/reciclaje».
CARB o CARB2 (California Air Resource Board): Este certificado estipula el estándar para la exposición al formaldehído en espacios interiores. En este caso, los fabricantes de la materia prima deben enviar muestras de sus productos a laboratorios independientes para que certifiquen las emisiones. Tener este certificado Gea tiza que el aire que respetáramos es sano y libre de carcinógenos que puedan dañarnos.
Fabricación nacional o local
La adquisición de muebles ecológicos es una manera de preservar nuestro medio ambiente. Esto es particularmente importante en estos tiempos, cuando la contaminación y la pérdida del calor global están en aumento. Al comprar muebles ecológicos, no solo estás ayudando al planeta, sino también que estás invirtiendo en tu salud y en la de las generaciones futuras. Una de las mejores formas de asegurarte de que estás comprando muebles hechos de materiales sostenibles es adquirirlos de fabricación local. Optar por los productos producidos de forma local puede ahorrarte algún euro y también ayudar a tu localidad. Con esta opción, no solo ayudas a mantener puestos de trabajos locales, sino que también reduces la cantidad de emisiones de dióxido de carbono creadas a la hora de transportarlos a largas distancias (y a menudo también por aire).
Algunos tipos de muebles ecológicos
A continuación te propongo un par de ideas para desarrollar tu creatividad:
- Muebles de cartón reciclado o Kraft: hoy en día se pueden encontrar muebles de diseño con este material bastante resistente al peso con propiedades hidrófugas e ignífugas. Como sillones, mesas, elementos modulares… como los de Paper Tiger Products Son ideales para zonas más juveniles y desenfadadas, como mueble alternativo a lo tradicional, incluso para stands de ferias (arquitectura efímera)
- Mobiliario de bambú: esta es una opción muy recomendable por su sostenibilidad y su durabilidad. Si estás pensando en adquirir alguno, echa un vistazo a nuestro artículo sobre Parquet de bambú.
- Muebles de corcho natural: es una alternativa muy sostenible y atractiva para ciertos espacios. Elementos auxiliares como pufs o mesas de apoyo pueden resultar muy funcionales y estaremos dando un plus a nuestro hogar.
- Mueble recuperado: de segunda mano, restaurado o reutilizado para otro menester. Se pueden utilizar para ello pinturas o barnices ecológicos como en este post de Los secretos de las pinturas ecológicas que hicimos y puedes consultar
Diferentes aplicaciones de materiales en el mobiliario
Recuerda
- No es lo mismo sostenible que ecológico.
- Un mueble ecológico es aquel que cumple con criterios medioambientales estrictos.
- Siempre debes exigir los certificados de cumplimiento medioambiental.
- En la medida de lo posible, opta por fabricantes locales antes que internacionales para reducir tu huella de carbono.
